Esterilidad e Infertilidad aunque no significan exactamente lo mismo se utilizan habitualmente como sinónimos. Se considera que existe un problema de esterilidad o de infertilidad cuando no se ha podido tener un hijo vivo, después de un año de relaciones sexuales sin utilizar métodos anticonceptivos.
¿Causas?
Aproximadamente un 30% de los casos es de causa femenina, otro 30% de causa masculina, un 20% de causa mixta y un 20% de origen desconocido.
Esto en lo que concierne a parejas heterosexuales; además tendríamos que añadir los casos de personas solteras y parejas homosexuales que no pueden conseguir una gestación por falta de gametos (óvulos y/o espermatozoides).
¿Cuándo acudir al medico?
La especie humana tiene una capacidad reproductiva baja si la comparamos con la de otras especies animales, ya que en parejas menores de 35 años y que mantienen relaciones sin protección en los días fértiles la tasa de embarazos es de un 25% aproximadamente. A partir de los 35 años esta tasa de embarazos se va reduciendo y a los 40 años es de un 10%. Estos números recomiendan realizar un estudio en la pareja menor de 35 años después de un año buscando sin éxito una gestación y después de 6 meses en las parejas mayores de 35-36 años.
¿Cómo se diagnostica?
Es necesario un estudio “básico” que consiste en:
- Historia clínica: preguntas acerca de hábitos y antecedentes médicos quirúrgicos de interés.
- Exploración física general y del aparato genital.
- Ecografía ginecológica: permite visualizar el útero y el endometrio, y valorar los ovarios.
- Espermiograma (en el caso de parejas heterosexuales): informa sobre la potencialidad del esperma para fecundar, al mismo tiempo que puede dar indicaciones acerca del tratamiento a pautar.
- Analítica de sangre: estudia variables de carácter general y algunas hormonas relacionadas más específicamente con problemas de esterilidad/infertilidad
En función de los resultados se puede proponer un tratamiento o solicitar exámenes de segundo nivel.
¿Hay posibilidad de curación? ¿ Cómo?
Actualmente hay varias opciones terapéuticas. Primero resolver, siempre que sea posible, las causas extra genitales de carácter general y luego si se precisa utilizar técnicas de Procreación Médicamente Asistida (PMA).
Simplificando, existen dos grupos de técnicas de PMA:
- Inseminación Artificial: se deposita el semen dentro del útero mediante un pequeñito catéter el día de la ovulación.
- Fecundación in Vitro (simple o mediante ICSI) se extraen los óvulos (mediante punción-aspiración de los ovarios), que serán fecundados en el laboratorio. Los embriones obtenidos finalmente se transfieren/depositan en el útero siempre mediante un pequeño catéter.
Ambas técnicas habitualmente son precedidas por una fase de estimulación ovárica con el fin de obtener más de un óvulo y aumentar así la probabilidad de éxito.
En el caso de parejas homosexuales femeninas o mujeres solteras, además, se recurre a semen de donante.
¿Hay otras razones para recurrir a técnicas de PMA?
Ciertamente sí. Algunos ejemplos son:
- Padres portadores de enfermedades genéticamente transmisibles.
- Falta de óvulos y/o espermatozoides por causas diversas (menopausia precoz, intervención quirúrgica, vasectomía o ligadura de trompas, mujer soltera, parejas homosexuales femeninas, etc…)